La Ley de Esclavos Fugitivos fue una legislación aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en 1850 como parte del Compromiso de 1850, un conjunto de leyes destinadas a resolver disputas sobre la esclavitud en los nuevos territorios adquiridos después de la Guerra Mexicano-Americana. Esta ley fue diseñada para fortalecer la capacidad de los propietarios de esclavos para recuperar a sus esclavos fugitivos y para disuadir a las personas de ayudar a los esclavos a escapar hacia la libertad.
Los puntos clave de la Ley de Esclavos Fugitivos incluyen:
- Establecimiento de procedimientos para la captura y retorno de esclavos fugitivos: La ley exigía que cualquier persona que encontrara a un esclavo fugitivo estaba obligada a arrestarlo y devolverlo a su propietario o a las autoridades.
- Penas por ayudar a esclavos fugitivos: La ley imponía duras sanciones a quienes ayudaran o facilitaran la fuga de esclavos, incluyendo multas y penas de prisión.
- Creación de tribunales especiales: Se establecieron tribunales especiales, conocidos como comisionados de esclavos fugitivos, para decidir sobre los casos de esclavos fugitivos. Estos tribunales tenían autoridad para emitir órdenes de arresto y ordenar la devolución de los esclavos a sus propietarios.
La Ley de Esclavos Fugitivos fue profundamente impopular entre los abolicionistas y en los estados del Norte, donde la oposición a la esclavitud era más fuerte. A menudo se considera como una de las causas que contribuyeron a la creciente polarización entre el Norte y el Sur en los años previos a la Guerra Civil estadounidense.